Paolermo

(*)

Pues esto no es el tercer mundo, pero tampoco es el primero.
Creo que nunca había estado en una ciudad que oliese tan mal (de ahí el asunto).
Lo qeu todas las guias llamarían encanto:
Tan pronto pronto estás en una calle con dos carriles, como estás en una en la que no entra un coche, con la ropa tendida en mitad de la calle, la basura por el suelo, y el incesante olor a meo.
Mierda puta lo llamaría yo.
Para ser patrimonio de la humanidad, debería estar más cuidado. Eso sí. Muchas cosas que ver, algunas que tienen una pinta muy buena, pero medio en ruinas. Esto en España (o en Londres) sería impresionante.
Supongo que eso será el encanto.

Un calor de muerte que hace en este pueblo. Lo cual no ayuda a que el ambiente se relaje.
No hay señales de tráfico, y los pocos semáforos que hay no se respetan, la gente conduce como les sale de la poya, y para cruzar una calle, tienes que parar los coches por la mitad de donde estés. Y lo flipante es que se paran...
Pero claro, teniendo en cuenta qeu el 80% de los coches no circularían ni por el pueblo de mis padres con mil habitantes, pues con eso qeuda dicho todo.

Mañana pillaremos un coche (supongo que bueno) y nos iremos a recorrer la isla, a ver si todo está igual...

Como anéctoda:
Ayer sufrimos la primera estafa por ser extranjeros. En un mercado de esos imprescindibles, donde el mejor olor que había era fruta podrida, entramos en un bar, tasca de to la vida, y despues de dos tercios de cervezas, al pedir il conto, el camarero de detrás de la barra, le preguntó al dueño (con chandal) cuanto nos cobraba, y tras pensarselo un rato, dijo que 2,40. Justo unos segundos antes, le había cobrado a un parrokiano 1 euro por una cerveza. O sea, que la primera estafa fueron 40 centimos. Como me pareció tan ridiculo no dije nada.